El Síndrome Aerotóxico
El Síndrome Aerotóxico se describe como una amplia variedad de síntomas respiratorios y neurológicos que pueden afectar a viajeros frecuentes y personal de vuelo.
En los últimos años se ha hecho énfasis en diversos ámbitos científicos y periodísticos sobre las consecuencias nocivas para la salud, derivadas de la exposición ambiental a diversas sustancias químicas presentes en las cabinas de los aviones, que tienen un potencial efecto tóxico sobre el ser humano.
En varios países europeos, así como en Australia y Estados Unidos, se ha destacado el riesgo que representa para la salud la inhalación de sustancias químicas eventualmente tóxicas, en el transcurso de viajes en avión comercial. Este riesgo se acentúa en los viajeros frecuentes, el personal laboral –pilotos, auxiliares de vuelo y trabajadores de mantenimiento–, así como en individuos especialmente susceptibles a estos riesgos como son las mujeres embarazadas y los niños.

Dr. Jordi Roig Cutillas I El Síndrome Aerotóxico
¿Qué és el Síndrome Aerotóxico?
El síndrome aerotóxico es un síndrome caracterizado por una amplia variedad de síntomas respiratorios y neurológicos causados por la exposición a elementos potencialmente nocivos para la salud ocasionalmente provenientes del aire que circula en las cabinas de los aviones.
Contaminantes del aire de los aviones
La exposición a estos elementos nocivos sucede debido a que el aire que respiramos en la mayoría de los aviones proviene del aire drenado del mismo motor del avión y este aire no siempre está totalmente libre de sustancias químicas potencialmente nocivas para la salud.
Así, el aire drenado que llega a la cabina del avión puede haber estado en contacto o en proximidad directa con turbinas y compresores que requieren para su funcionamiento el uso de aceites no naturales, que llevan sustancias químicas adicionales que le otorgan propiedades ignífugas, lubricantes, antioxidantes y antidesgaste, como los organofosforados (TCP y sus isómeros), que son tóxicas para el ser humano y que tienen efectos nocivos sobre las personas, sobre todo a nivel neurológico, psicológico y respiratorio. Algunas de estas sustancias han sido responsables a lo largo de la historia de enfermedades y muertes por envenenamiento por pesticidas y también han sido utilizadas como armas químicas.
Otras sustancias que también pueden contaminar el aire de las cabinas si éste entra en contacto, son los líquidos hidráulicos y anticongelantes, los retardantes de fuego o los insecticidas utilizados en vuelos con destino a países con riesgo de adquisición de enfermedades infecciosas por insectos.
También se han detectado ocasionalmente concentraciones altas de ozono relacionadas con la presencia de síntomas oculares y respiratorios altos. En último lugar, se ha constatado también un eventual riesgo de acumulación de radiación cósmica, que puede ser relevante en el caso de mujeres embarazadas miembros de la tripulación de vuelo.
Humo y olores en la cabina
Además de las sustancias tóxicas que se han detectado en las cabinas, se estima que el 0,05% de los vuelos comerciales, aproximadamente 4.750 vuelos al día, sufren lo que se conoce como fume events, concepto adoptado para agrupar episodios de humo visible a las cabinas como olores fuertes desagradables, principalmente en aceite, a quemado y calcetines sucios.
Mecanismos de contaminación en la cabina
Varios estudios sugieren que las válvulas de sellado de los motores no siempre garantizan la impermeabilidad de las juntas, lo que conlleva la aparición de fugas de aceite y otras sustancias químicas en el aire de la cabina. De hecho, el análisis de los filtros de alta eficiencia (HEPA), encargados de filtrar el aire del avión, ha demostrado que a menudo muestran impregnación de organofosforados, a pesar de no haber tenido episodios constatados de fume events. Esto puede suceder sobre todo en las fases de operatividad de los motores en las que éstos no funcionan con una potencia de rendimiento estable.
Otros mecanismos de contaminación pueden ser problemas mecánicos en las juntas, el exceso accidental de aceite o fluidos hidráulicos en los reservorios, las unidades auxiliares de potencia (APU) a menudo utilizadas cuando el avión se encuentra parado en la pista, o algunos diseños no óptimos de juntas de las turbinas.
Inhalación de contaminantes en la tripulación, pasajeros y personal de mantenimento
Ha quedado demostrada la exposición a TCP tras fume events en la tripulación, así como en el personal de mantenimiento sin incidentes aparentes.
También hay estudios que demuestran la presencia en ocasiones de sustancias tóxicas (metabolitos de TCP) en pasajeros sin síntomas después de vuelos sin incidentes aparentes.
Manifestaciones clínicas del síndrome aerotóxico
Los síntomas agudos más frecuentes del síndrome aerotóxico son predominantemente los neurológicos (cefalea, déficit cognitivo con dificultades para concentrarse, sensación de mareo o vértigo, cansancio extremo) seguidos por los respiratorios (picor faríngea, molestias nasales, dificultades para respirar, tos). Estas manifestaciones neurológicas y respiratorias no están siempre asociadas.
En cuanto a las manifestaciones crónicas, la más importante y invalidante es la clínica neurológica: se ha identificado en sujetos afectados la presencia en sangre de anticuerpos contra las neuronas y las células del tejido nervioso cerebral, marcadores de degeneración neuronal así como alteraciones en la sustancia blanca cerebral.
Estas últimas manifestaciones, las neurológicas, son las más controvertidas por la dificultad de diferenciarlas de otras enfermedades neurológicas o neurodegenerativas.